A la Hna. Altagracia

Desde Karit solidarios por la paz sólo podemos decirte, Hna. Altagracia Bello Gómez, GRACIAS. Gracias, porque la ONG Carmelita de la Familia Carmelita en España es hoy una realidad por tu iniciativa en 1996, cuando eras Superiora General de la Congregación HH Carmelitas de la Virgen María del Monte Carmelo. Entre los variados logros de tus doce años de mandato, dirigiste la firma constituyente de una Ongd de la Familia Carmelita de la Región Ibérica, Karit Solidarios por la Paz, allá en tu casa de la C/ Pradillo, en Madrid, donde la Congregación tiene la Curia Generalicia. 

 

Allí asumiste la responsabilidad de ser la primera presidenta de Karit. Un nuevo camino había nacido, inspirado en el profetismo de Elías, como forma de concretar el compromiso por la Justicia y la Paz de todo miembro de la Familia Carmelita que se quisiera vincular.
Gracias porque, como presidenta de la Comisión Mixta de Justicia y Paz de Región Ibérica impulsaste, junto con Hna. Rosa García, primera secretaria de la Ongd, que los padres Carmelitas estuvieran vinculados desde el principio a Karit como asociación legalmente reconocida en España. Así, vosotras que lleváis el mismo nombre que la Orden Carmelita, comenzabais este nuevo reto unidas a los frailes de las diferentes provincias en España que estuvieron en esa firma constituyente, las que entonces eran: Aragón y Valencia, Bética, Cataluña y Castilla. De este modo, también firmó el acta constituyente, el que entonces era presidente del Equipo Mixto, P. Luis M. Ruano. Posteriormente se unirían también las Hermanas Carmelitas del Sagrado Corazón. Se completaba el total de la Familia Carmelita, puesto que las monjas de los monasterios de clausura siempre habían tenido la pertenencia que su modo de vida les permitía.
Gracias porque quisiste iniciar la Ongd no solo con frailes y hermanas, sino también con laicos de la Familia Carmelita, que se embarcaron desde el comienzo en este compromiso naciente. Hiciste realidad ese concepto de la “misión compartida”, entendida como tiene sentido: compromiso juntos y de igual a igual, en el trabajo, responsabilidad y autoridad. En el compromiso por la Justicia, Paz e Integridad de la Creación tiene especial relevancia la misión compartida porque, desde nuestra fe, es una dimensión constitutiva de la predicación del Evangelio, es decir, de la misión de la Iglesia. Hacerlo desde la pertenencia a una Ongd de la Familia Carmelita fue tu singular y creativa aportación. Dar la impronta de la fraternidad, la oración y el servicio al mundo de la Cooperación al Desarrollo era algo que los carmelitas podíamos hacer y gracias a ti, lo hicimos.
Gracias por recordarnos en el libro de los XXV años de Karit, Con poco, mucho, que tu prologaste “Todos los logros de ustedes, todos los logros de Karit, son alegrías para mí. En estos años, he podido ir viendo sus frutos y doy gracias a Dios por esta  obra. Ese camino que iniciamos hace 25 años por la Justicia y la Paz a través de Karit, es una obra de Dios. Él nos puso aquí para seguir trabajando en este Proyecto.” Sólo alguien como tú, que viva profundamente la fe en Jesús y el carisma carmelita, podía recordarnos esto así.
Gracias por tus palabras en ese mismo prologo, que utilizamos a modo de conclusión. Nunca las agradeceremos suficientemente, por el gran esfuerzo que hiciste escribiéndolas, debido a tu debilitado cuerpo, pero que llevan el cariño por los que somos herederos de tu iniciativa y que hoy se convierten en tu legado y luz para nosotros: Los frutos que está dando Karit son realmente valiosos para el Reino. El Señor está siempre con los que confían en Él y nosotros nos sabemos elegidos y Él sostiene a sus elegidos. “No temáis estoy siempre con vosotros”.

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