Al tiempo de publicar el cuadro de proyectos para el año 2022 vivimos tiempos de carestía. El miedo a la falta de combustibles está provocando una rotura de toda la economía que creíamos… ¿sostenible? Sin embargo, esta carestía de combustibles, alimentos o medicamentos es algo habitual en los países con los que colaboramos para su desarrollo.
Tenemos la mirada puesta en la población ucraniana. Sentimos la guerra cerca y vivimos con preocupación las noticias que llegan cada día a la vez que se nos despierta la colaboración solidaria como única arma para defender a quienes escapan del terror de la guerra. Los hermanos carmelitas de la provincia polaca están acogiendo refugiados, motivo por el que hemos iniciado esta campaña de emergencia:
https://www.karitsolidarios.es/campana-de-emergencia-ucrania
Ahora más que nunca no nos pueden faltar dos cosas esenciales: la educación y la sanidad. ¿Valores? ¿Derechos? ¿Objetivos? No importa como los llamemos. Simplemente no pueden faltar en un mundo más fraterno. Por eso nuestro cuadro de proyectos para 2022 son una continuidad de los proyectos de 2021 apoyando a la educación y la sanidad.
Algunas escuelas vieron prácticamente finalizadas su construcción el año anterior (Timor Leste y Kenia) pero continua la tarea de completarlas con mobiliario y materiales educativos. Otras, como las de Burkina Faso y Rwanda, finalizaron parte de su construcción y continúan ampliando sus infraestructuras en nueva fase. No olvidamos Perú, donde renovamos nuestro compromiso permanente con el Centro Giraluna para personas con habilidades diferentes.
Y continuamos con la campaña de salud. Los 10 centros sanitarios y nutricionales que apoyamos en 2021 en Mozambique, Timor Leste, Rwanda y República Dominicana siguen necesitando de material sanitario para hacer frente a enfermedades que han quedado desplazadas por la pandemia, y alimentación para acoger niños o refugiados de otras guerras que no ocupan los titulares. Más difícil es aún la situación de Haití que necesita además personal médico.
Nos alegramos de volver a colaborar con Venezuela con dos proyectos sociosanitarios, uno de los primeros países con los que colaboramos en 1998. Y por supuesto continuaremos apoyando la formación en el Voluntariado, la educación para el desarrollo y la casa de acogida en Málaga.
Contamos contigo para seguir siendo “fraternidad que transforma” en un mundo que la necesita cada vez más…